Cómo sobrevivir a la oficina en casa
16/07/2020
Lo que antes era una ventaja poco frecuente, hoy es casi una certeza en cualquier empresa que no necesite personal las veinticuatro horas del día, por ejemplo, en producción o distribución. La oficina en casa nos viene bien a todos de vez en cuando.
Pero, ¿y si la situación ocasional se convierte en permanente durante semanas o incluso meses? ¿Tenemos una receta de eficacia probada para el "home-officing"?
Trabajo como consultor desde 2008. Fundé mi empresa "unipersonal" (en aquella época) únicamente con una oficina virtual, así que tengo bastante práctica en lo que se refiere a trabajar desde casa. Por eso intento no ir a la oficina al menos una vez a la semana y quedarme en casa: siempre resulta ser el día más productivo para mí. No me distraigo con influencias externas como reuniones, conferencias telefónicas, almuerzos, cafés por la tarde, etcétera.
Sin embargo, me he dado cuenta de que algunos de mis colegas y amigos no son tan productivos en casa. Creo que hay varias razones para ello y me gustaría analizar algunas de ellas.

Rituales y estereotipos
Aunque nos cueste admitirlo, muchos de nosotros tratamos la oficina en casa como un fin de semana o unas vacaciones. La gente se levanta más tarde, desayuna más tarde (preferiblemente en el ordenador), no se quita el pijama... Si de verdad quieres ser eficiente, es mejor que evites caer en el modo relajado. Ponte el despertador a la hora a la que normalmente te levantarías para ir a la oficina. Desayuna, lávate los dientes y vístete, aunque sólo sea informalmente. Y sobre todo, no te dejes tentar por atracciones peligrosas, como la PlayStation, Netflix, la tele, el jardín, la piscina, etc.
Gestión del tiempo
Planifique su agenda diaria como si fuera un día de trabajo normal. Intente no retrasarse sólo porque "debe" cocinar o ver su programa favorito. Por supuesto, esto se hace mucho más difícil si tienes que cuidar de los niños o de otros miembros de la casa al mismo tiempo. Si tienes que preparar la comida, intenta hacerlo el día anterior. Así podrás disfrutar de una cómoda pausa de una hora para comer, seguida de la obligada taza de café. Organiza tu día de modo que tengas tiempo para desayunar, comer y un programa nocturno. Llene el resto con trabajo.
Lugar de trabajo
No todo el mundo tiene la suerte de trabajar desde su propia oficina, rodeado de todas las comodidades y equipos necesarios. Dicho esto, trabajar desde la cama tampoco es la mejor idea. Al cabo de un rato, resulta muy incómodo, antihigiénico y desmotivador. Si es posible, búscate una mesa y una silla de buena calidad para evitar dolores de espalda y cuello. La mayoría de las empresas estarán encantadas de proporcionarte un teclado completo, un ratón, una webcam o incluso una silla, ¡sólo tienes que pedirlo!
No dudes en decorar tu espacio de trabajo. No olvides que las pequeñas cosas pueden marcar una gran diferencia, así que si colocas tu planta o estatuilla favorita en tu escritorio, seguro que te sentirás mejor trabajando. Siguiendo mi propio consejo, he decorado mi escritorio con un portalápices en forma de bolsa de golf y una planta hidropónica llamada Rudolf. Ambos objetos me han acompañado de oficina en oficina durante más de 10 años. Tenerlos cerca es para mí un claro símbolo de "modo trabajo".

El arte de descansar
Por lo que he escrito hasta ahora, parece que soy un esclavista o, peor aún, un adicto al trabajo. Ambas cosas pueden ser parcialmente ciertas, pero descansar es tan importante como trabajar duro. No hay más remedio. Si es posible, sal a tomar el aire al menos dos veces al día durante 5-10 minutos. Si vives en un centro urbano lleno de smog, intenta hacer algún ejercicio de estiramiento. Es lo mismo que con los vuelos de larga distancia: lo ideal es caminar y estirarse al menos unos minutos cada 4 horas. Seguro que notas que eres mucho más productivo. Al mismo tiempo, intenta no mezclar el fin de semana con los días laborables. No te pases el sábado y el domingo con el portátil sobre las rodillas. Haz actividades completamente distintas. No sólo te despejará la cabeza, sino que también refrescará los lazos con tu familia.
Sólo se vive una vez
Sin dolor no hay ganancia, y sin dinero no hay diversión. Aunque en secreto sigo pensando que tampoco hay diversión en la vida sin trabajo. Pero no te olvides de tu vida privada. Comprométete a dar por terminada tu jornada laboral a una hora determinada. Ve a hacer la cena, a jugar con los niños o a pasear al perro. Aprende a dejar las cosas menos importantes para el día siguiente. Sobre todo ahora, en casa. Cuanto más pequeño sea tu apartamento, más importante es separar el entorno de trabajo de un espacio de ocio. Cuando empecé a trabajar desde casa, mi futura mujer y yo vivíamos juntos en un piso de menos de 50 metros cuadrados, los dos terminando los estudios y los dos trabajando, así que sé de lo que hablo... Hoy aprecio aún más que los dos tengamos nuestros despachos separados. Pero donde hay voluntad, ¡siempre hay distancia!
¡Feliz oficina en casa!
MARTIN JANUŠ, fundador y Consejero Delegado de MyQ, habla de su trabajo con franco entusiasmo. Le gusta ganar en los negocios, pero también en el hockey sobre hielo con su equipo favorito, los MyQ Heroes. Su misión es dar a la gente más tiempo libre y hacerle la vida más fácil. Conduce un Tesla SUV eléctrico, el juguete tecnológico ideal, según él.
MyQ Life
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